MILLION DOLLAR CLINT
"Gran Torino" se ha convertido en una de las películas más taquilleras de Clint Eastwood de toda su carrera y una vez vista no acabo de comprender los motivos, no porque la película carezca de calidad cinematográfica sino porque el desarrollo de la historia y el mensaje de la misma dista bastante de las viejas películas donde un joven Clint encarnando a héroes de discutible ideología se liaba a mamporrazos o tiros con todos los "malos". Y es que "Gran Torino", pese a lo que podría desprenderse de la campaña publicitaria y del trailer, no va de eso.
La historia nos presenta a Walt Kowalski, un jubilado malcarado y ex-combatiente de la Guerra de Corea que después de la muerte de su esposa, ocupa su tiempo en una vida rutinaria y solitaria. Aquellos a los que solía considerar sus vecinos se han trasladado o han fallecido y han sido sustituidos por inmigrantes asiáticos a los que él desprecia. Las pandillas callejeras cada día más se apoderan de las calles, mientras él sólo espera que le llegue su hora resentido con todo lo que le rodea, pero un hecho impredecible cambiará su manera de pensar respecto a sus nuevos vecinos y su vida cobrará un nuevo sentido que le hará redimirse de todos los pecados que nunca ha querido confesar y que le atormentan internamente.
La historia no es especialmente original y tiene algunas concesiones innecesarias en el perfil de algunos personajes (el mismo Kowalski rugiendo cada vez que ve algo que no le gusta), pero la sabiduría cinematográfica de Eastwood consigue elevar el interés de la cinta hasta extremos insospechados y lo que en principio parecía resucitar a Harry Callaghan en la tercera edad se convierte en una bonita historia de amistad, de iniciación, de redención y de esperanza. Y eso es lo que importa, la historia de amistad que surge entre el viejo huraño y sus vecinos asiáticos que parecen comprenderle mejor que sus propios hijos, la historia de un joven adolescente sin referentes claros en su vida al haber fallecido su padre y que acosado por las bandas intenta labrarse un futuro, la historia de redención de un viejo que se arrepiente de muchas cosas de las que hizo en la guerra y que otorgando un futuro a sus jóvenes vecinos consigue hacer las paces con su pasado, y la historia de la esperanza de que aún estamos a tiempo de hacer las cosas de otra manera.
Eastwood es un maestro, un genio, uno de los directores que pasarán a la historia por su obra. Este mismo año se estrenó una película como "El Intercambio", descarnada historia que nos sacudió con fuerza y que se cuenta entre sus mejores obras y ahora nos llega "Gran Torino" aparentemente una obra menor, pero igualmente emotiva y sorprendente. Y es que en sus últimos films Eastwood tiene la capacidad de dar un giro dramático en sus films que nos replantea todo lo visto hasta ese momento como ya sucedió de manera brutal en "Million Dollar Baby", película con la que "Gran Torino" tiene más de un punto de conexión ya que muchos de los temas tratados son compartidos. "Gran Torino" también es el nombre de un coche, un vástago de tiempos mejores que no todo el mundo parece desear, un coche que el personaje encarnado por Eastwood cuida con esmero, pero que no conduce nunca y sólo saca del garaje para admirarlo desde el porche bebiéndose una cerveza, una metáfora del propio perosnaje que vive encerrado en sí mismo hasta que sus prejuicios se derrumban y empieza a mirar más allá. Una gran película que reflexiona sobre el perdón y la culpa.
U.C. (Daniel Farriol)